Con la moral y la dignidad como escudos, y con la certeza absoluta de que la razón nos asiste, vuelve Cuba al escenario de las Naciones Unidas, para denunciar y poner al descubierto el que se considera como el genocidio más largo de la historia: el bloqueo de Estados Unidos contra su pueblo.
Como cada año, nuestro país expondrá ante el mundo la esencia de esta política genocida, contraria a todo principio de libre determinación y soberanía de los pueblos. Un vil intento de doblegar la voluntad de los cubanos, mediante la violación sistemática, y sostenida en el tiempo, de sus derechos humanos, bajo el hipócrita y ridículo pretexto de que cada medida está pensada para derrocar al Gobierno, y no para someter a sus millones de habitantes.